Serrat. Los caminos del poeta.


A cada lugar que llega siempre tiene algo para decir. Nadie lo manda, tampoco es demagogia. Su punto de vista es otro filo de su trova, está en el gen de la tradición trashumante del artista. Y el público se inspira allí también, y le gustaría hacer funcionar al mundo del mismo modo bello con el que el poeta lo propone.

Edición: Soledad Arréguez Manozzo · Marcelo F León

Los años le sientan bien. Y empezamos mal si un texto comienza con adulaciones a quién aún con pleno dominio del carisma siempre tiene una mueca incómoda ante la complacencia. Son 67 los años, y cuarenta y tantos de una carrera que siempre es difuso determinar su punto de partida (¿un primer disco? ¿una primera canción en público? ¿un primer deseo?), y, hay que decirlo, dos instancias que lo han enfrentado al cáncer y de las que ha salido, un poco dribleando, otro mucho con la enjundia del que se abraza a la vida. “La vida y la naturaleza me han permitido hacerlo, mientras que otros no lo han logrado.

Ellos no han sido más cobardes, flojos ni distintos, solamente la vida y la naturaleza nos regala estas segundas oportunidades”.

.: Esencia

Podrían transcribirse las distinciones que recibe Serrat año a año, ponerle número a las boleterías que se vuelven panaderías que despachan aforos de salas y estadios. Discos de oro, doctorados Honoris Causa, premios, menciones y tributos.

Pero eso no favorece a la experiencia de su obra, casi que le asigna un brillo de bronce que puede alejar a quién es en esencia cercano, prójimo.

Dicen en el pueblo que un caminante paró su reloj una tarde de primavera…  Tantas obsesiones del poeta en un solo verso. Y tal vez no sea más que una, la de ése camino inevitable. “Mi caminar siempre es hacia delante. Si en algún momento tengo que retroceder, lo hago con la seguridad de que me iré adelante otra vez, pues sólo es un movimiento defensivo, como retrasar una torre en el ajedrez”.

.: Barcelona

“Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, concibe sus creaciones de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como las funcionales y decorativas

reza la descripción textual, y aplica a la arquitectura de Gaudí como a las jugadas de Messi. O a las de Xavi. O a las de Iniesta.  Y antes de extender el elogio al cantautor, él prefiere ahondar en lo que sustenta a la ciudad que capta la atención del mundo desde su postal y su fútbol: “El Barça es una expresión que nos enriquece, es la conjunción de todos los talentos, no importa de dónde vengan… Barcelona es un país dentro de otro país, que no es egoísta y nunca ha sido excluyente. A Catalunya podéis llegar en bragas y salir en frac pero con el alma intacta, y aunque ocurriese al revés, esa manera de jugar al futbol es una manera de expresar nuestra riqueza colectiva”.

.: Crisis

A Serrat, como a todos, no le causa gracia hablar de la crisis, pero es una de las preguntas obligadas. España tiene una contracara atroz a su década de consagración deportiva y de multinacionales. “La crisis es más de valores que económica, y es mundial” dice y no titubea.  “La codicia ha hecho que llegáramos a esto. Y la codicia no es un valor económico: es un valor moral, ético. Ha llevado al desmoronamiento del sistema financiero. Y, por tanto, al desmoronamiento de unas estructuras que habían funcionado tapadas de alguna manera por esta falacia que montó el mundo financiero y que una vez desmontado ha dejado esta ruina que tenemos delante.  Ruina de ciudadanos, de países, de sociedades, y una situación en la que se ve que va a ser difícil modificar las cosas. Los que tienen responsabilidad directa son los que generaron este sistema, esta euforia que hizo que los menos favorecidos (a los que siempre se les hace pagar el pato) creyeran que podían entrar en lo que otros podrían llamar un despilfarro. ¿Quién generó el despilfarro? ¿Quién dijo que todos compraran, que todo estaba bien? La gente no. Le dijeron “compre” y compró, porque les dijeron que todo estaba muy bien y que había un sistema financiero que lo tenía controlado. Esto es lo que deberíamos tener bien claro”. Clarísimo.

.: Libertad

Su último disco, Hijo de la Luz y de la Sombra es, a treinta y ocho años del lanzamiento del LP fundacional Miguel Hernández,  una nueva incursión en la obra del poeta de Orihuela, quién murió en prisión, víctima de la persecución Franquista. “La mayor de todas las libertades que he conocido fue la del gran poeta Miguel Hernández. Apresaron su cuerpo, pero nunca el alma. Sufrió todas las penas que un hombre libre puede sufrir y amó como pocos hombres aman la vida. Hoy el mundo carece de líderes, ese es el problema, yo me veía en Miguel Hernández, pero no sé en quién se vean los chavales de hoy; ¿en el beso de Madonna y Britney? ¿En la lucha de Michael por ser blanco? En esa negación de lo que somos hemos creado un rechazo por nuestra riqueza humana, siempre peleando por no ser lo que somos, negándonos y aniquilándonos”.

.: Cojones

“Hay que tener un poco de cojones, o quizá muchas ganas de vivir para no dejar que te mate una amenaza; yo tengo muchas ganas de vivir, de beber hasta la última gota de vida que tenga, pero beberla así, con felicidad, en la mayor plenitud posible. La violencia es una flor que nosotros hemos cultivado, y la queremos arrancar a tirones; lo mejor es dejarla que se seque. Tenemos que dejar de regarla todos los días con esa mierda que produce la televisión, violencia sin sentido y sin explicación, dejar de regarla con nuestros miedos. Pareciera que en lugar de ver el crimen que se está cometiendo, observamos una película como si aquello no doliera, no sangrara, no llorara. Tenemos que poner en el jardín cultura, arte, música, tecnología y sobre todo, amor. Eso seca sin duda a la violencia”.

.: Futuro

En marzo de 2012 el Nano compartirá escenario una vez más con Joaquín Sabina en nuestro país, presentando su espectáculo “Dos pájaros contraatacan”, que incluye nuevas canciones en las que comparten autoría.  Pero ese futuro cercano que siembra ansiedad en su público no le hace mella:  “Jamás hice una lista de cosas que quería cumplir, ni la pienso hacer.  Vivo lo que el día me ofrece y con las posibilidades que el cuerpo me da y el apoyo de los que tengo alrededor. Y así me enfrento con lo que me enfrento y descubro lo que descubro. Estoy muy a gusto con proyectos a corto plazo y no tengo ningún interés en planear alguno de futuro.  A mí me gustaría creer en el más allá, pero me temo mucho que más vale hacer las cosas en el más aquí.”

La noche que Serrat cantó gratis en Banfield


Colmado. La imagen general del Florencio Sola es histórica. Joan Manuel Serrat cantó ante 32 mil personas que lograron transformar el campo de juego en una fiesta vecinal que marcó el cierre de los festejos por los 150 años del partido de Lomas de Zamora.

Con la caída de los primeros rayos de sol, las filas de fanáticos (con las tasas al día) ya dibujaban garabatos entre las calles del barrio que perdió la tranquilidad de costumbre.

Los primeros acordes sonaron pasadas las 21. La luz blanca sobre la figura de el Nano marcó el inicio del recorrido por sus temas más conocidos: “De vez en cuando la vida”, “Mediterráneo”, “Penélope”, “Fiesta” y “Cantares”, entre otros. En las dos horas de función, tampoco faltaron canciones de su último disco “Hijo de la luz y de la sombra”. La noche comenzó con las guitarras de “Hoy puede ser una gran día”. Y partir de allí,

Serrat logró romper la distancia entre el escenario y las tribunas: los versos del español y el público se fusionaban en una única canción popular.

La platea femenina no tardó en hacerse notar con frases de amor eterno para el cantautor. “¡Te amo, Nano!”, fue el grito de una de sus seguidoras que se escuchó desde las tribunas del estadio. Y allí, el Nano con una sonrisa cómplice sólo advirtió que hay que cumplir lo que se dice. El español no sólo bromeó con el público sino que también logró que se armen pequeños bailes entre los pasillos del estadio, al escuchar los estribillos de “Fiesta”. “Lo sigo desde siempre. Me encanta, no puedo creer que esté acá en Banfield y encima, gratis”, contaba Liliana, maestra del vecindario, que fue acompañada con otras docentes del distrito.

El concierto también tuvo su tiempo para el recuerdo y la reflexión. El piano de “Esos locos bajitos” y un delicado juego de luces sobre el escenario lograron quizás el momento más emotivo de la noche. “Sus letras hablan de la vida, de lo que nos pasa a todos. Me gustan mucho sus temas”, sintetizaba María, una vecina que vive a pocas cuadras del estadio.

El catalán dedicó parte del recital al poeta y dramaturgo Miguel Hernández,  perseguido en la época del franquismo. Con imágenes alusivas a los años dela GuerraCivilespañola, Serrat cantó canciones sobre la resistencia: “Para la libertad”, “Nanas dela Cebolla”, “Las abarcas desiertas” y “Dale que dale”, los dos últimos de su placa más reciente.

Las pantallas de los celulares fueron las luciérnagas de “Sinceramente tuyo”, “Señora”, “No hago otra cosa que pensar en ti”. En los momentos más festivos, algunas seguidoras se animaron a agitar pañuelos al viento.  Cuando el show estaba llegando a su destino final, comenzó el pedido de los espectadores. Crecían las ganas de escuchar “Fiesta”. Sin embargo, la insistencia y las ganas de los seguidores hicieron que el Nano vuelva a escena, para despedirse nuevamente de su público. Y después de una ovación, el escenario volvió a la oscuridad. “¡Otra más, otra más!”, seguía pidiendo los seguidores, pero la luz blanca ya había inundado el escenario.

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